estoy hincada mirando a la luna me olvide de dios y ahora no se quien vendrá a buscarme la mano fraternal que me a tendido el destino poco se asemeja a la esperanza y en este desencuentro con la fe ni el tiro de culata quiere darme en el pecho nunca me he sentido tan lejana a la piel de mi cuerpo la voz que me llama, la punzada en la lumbar me sube a la cabeza, la mano tendida, la fe perdida, la lanza qué no es lanza y que no llega hasta el pecho ¡y quien mierda maneja esto!